Ruta muy completa y con muchos atractivos. Conoceremos monumentos
como la ermita de la Trinidad o el puente de las Cabras,
recorreremos parajes naturales muy hermosos, como la Foz de Lumbier o
la cresta rocosa de la Trinidad, también conocida como Acantilados de la Piedra y San Adrián, con sus “ojos” excavados en la
roca a lo largo de miles de años y, todo esto, acompañado de unas
panorámicas excepcionales de la zona este de Navarra. Por todos estos hitos interesantes he considerado oportuno llamar a esta ruta "la mejor ruta desde Lumbier". Creo que se lo merece y que no va a defraudar, en absoluto, a quien la haga.
Distancia: 12,630 km.
Desnivel máximo: 406 m.
Desnivel acumulado: 662 m.
- Mapa y soporte gps de la ruta
Distancia: 12,630 km.
Desnivel máximo: 406 m.
Desnivel acumulado: 662 m.
- Mapa y soporte gps de la ruta
Km 0,00.- Dejamos el coche en la calle Las Cruces, en un
ensanchamiento donde se puede aparcar sin dificultad. Sirvan de
referencia los contenedores de papel, vidrio y orgánico que ahí están
30T x=638691 y=4723469. Desde aquí, ya vemos el monte
que vamos a subir. Es la parte más occidental de la sierra de Leyre.
También podemos ver, en lo alto del monte, la ermita de la Trinidad.
La ladera occidental de la sierra de Leyre. En primer plano el río Salazar. |
Muy cerca de donde hemos dejado el coche hay un camino que baja y
que, en su inicio, tiene un panel informativo de la ruta a la Foz de
Lumbier por el puente de las Cabras. Tenemos que bajar por aquí y
enseguida llegamos al bonito Puente de las Cabras 30T x=638643
y=4723337. Es de origen medieval con restauraciones posteriores.
Cruzamos el río Salazar. Hay un área recreativa la derecha, junto al río. Pero ahora no nos entretendremos en el área recreativa. Seguimos recto y llegamos a una pequeña carretera, prácticamente sin tráfico, que se usa como paseo por los vecinos de Lumbier.
El Puente de las Cabras |
Cruzamos el río Salazar. Hay un área recreativa la derecha, junto al río. Pero ahora no nos entretendremos en el área recreativa. Seguimos recto y llegamos a una pequeña carretera, prácticamente sin tráfico, que se usa como paseo por los vecinos de Lumbier.
Seguimos hacia la izquierda y mientras avanzamos podremos ver algunas
tallas en madera que representan animales, como un buitre o un águila
o un jabalí.
Jabalí en el paseo de esculturas de animales |
Km 0,673.- Tras dejar atrás una bodega tomamos un desvío a
la derecha 30T x=639016 y=4723364. A tan sólo 60 metros nos
salimos de este camino por un pequeño sendero que, subiendo, sale a
la izquierda y, tras atravesar un campo de cereal, nos lleva otra
pista de tierra 30T x=639075 y=4723214. Seguimos a la derecha hasta
que llegamos a la altura de paso vallado que queda a la izquierda 30T
x=639000 y=4723057. Aquí comienza el camino que sube directamente a
la ermita y que en su inicio está señalado por una cruz del Vía
crucis que marca el recorrido.
Km 2,625.- Según ascendemos encontramos más cruces de piedra del
Vía crucis. Al mismo tiempo tenemos una de las
mejores vistas de Lumbier.
Panorámica de Lumbier. Al fondo sobresale la Peña de Izaga |
El Vía crucis nos lleva, sin pérdida, hasta la ermita 30T x=639674
y=4722483. Se encuentra al borde de un precipicio que se dispone
como un excelente mirador hacia la Foz de lumbier, que con una gran
cicatriz se abre en la tierra de manera sorprendente. Al mismo
tiempo, las panorámicas son amplísimas, destacando hacia el oeste
la Peña de Izaga y la Higa de Monreal y, mucho más cercano,
Lumbier.
La Foz de Lumbier desde la ermita de la Trinidad |
La ermita de la Trinidad, el puente de las Cabras, la ladera que hemos subido y el recorrido que haremos hasta el vértice geodésico, fue el escenario de la encarnizada Batalla de la Trinidad de Lumbier, en octubre de 1875, en la tercera Guerra Carlista.
A pocos pasos de la entrada de la ermita hay una formación rocosa que sobresale sobre el terreno. En su parte más alta hay una cazoleta de forma semicircular, claramente realizada por mano humana. Puede que sea moderna, pero también cabe la posibilidad que esta cazoleta haya sido realizada en tiempo pretéritos, al modo como las que hemos vistos en otros santuarios o altares rupestres de la Edad del Hierro o la Edad del bronce. De ser así, ¿puede que la ermita de la Trinidad sea la cristianización de un antiguo o lugar sagrado prehistórico? Difícil saberlo, pero, sin duda, la hipótesis es sugerente. No sería de extrañar que, un lugar tan especial como la cresta de la Trinidad, que a continuación recorreremos en la ruta, llamara la atención a los primeros habitantes de la zona. Además hay que recordar que existió un castro de la Edad del Hierro en el promontorio donde hoy se levanta el moderno pueblo de Lumbier.
Ermita de la Trinidad de Lumbier |
A pocos pasos de la entrada de la ermita hay una formación rocosa que sobresale sobre el terreno. En su parte más alta hay una cazoleta de forma semicircular, claramente realizada por mano humana. Puede que sea moderna, pero también cabe la posibilidad que esta cazoleta haya sido realizada en tiempo pretéritos, al modo como las que hemos vistos en otros santuarios o altares rupestres de la Edad del Hierro o la Edad del bronce. De ser así, ¿puede que la ermita de la Trinidad sea la cristianización de un antiguo o lugar sagrado prehistórico? Difícil saberlo, pero, sin duda, la hipótesis es sugerente. No sería de extrañar que, un lugar tan especial como la cresta de la Trinidad, que a continuación recorreremos en la ruta, llamara la atención a los primeros habitantes de la zona. Además hay que recordar que existió un castro de la Edad del Hierro en el promontorio donde hoy se levanta el moderno pueblo de Lumbier.
¿Altar rupestre con cazoleta ritual? |
Otro de los atractivos de la ermita de la Trinidad es contemplar el
elegante vuelo de los buitres leonados, que habitan en los escarpes
de la cresta de la Trinidad o en la misma Foz de Lumbier.
Hasta aquí el recorrido ha sido muy sencillo y el camino ancho y bien marcado. Ahora, la continuación de la ruta se complica un poco, pero merece la pena, ya que vamos a disfrutar de los precipicios y los escarpes de la llamada cresta de la Trinidad o Acantilados de La Piedra.
Hasta aquí el recorrido ha sido muy sencillo y el camino ancho y bien marcado. Ahora, la continuación de la ruta se complica un poco, pero merece la pena, ya que vamos a disfrutar de los precipicios y los escarpes de la llamada cresta de la Trinidad o Acantilados de La Piedra.
Si te gusta Navarra te animo a que te suscribas a mi canal YouTube, donde encontrarás más de 1.000 vídeos sobre Navarra (senderismo, arqueología, monumentos, fiestas, pueblos, etc).