SIERRA DEL PERDÓN: Bordatxar y Aitzkibel

Distancia: 6,3 Km.
Desnivel máximo: 394 m.
Desnivel acumulado: 428 m.
    

En esta ruta vamos a recorrer la parte más oriental de la sierra del Perdón. Ascenderemos a las cimas de Bordatxar y Aitzkibel y también conoceremos el lugar donde está el manantial del que se abasteció de agua corriente por primera vez Pamplona. Todo esto se completa con algunas de las mejores panorámicas de la cuenca de Pamplona.

      

(Km. 0,00) La ruta comienza en Subiza, concejo perteneciente a la Cendea de Galar. Dejamos el coche cerca del palacio de Subiza, el monumento más importante de la localidad y uno de los palacios navarros más interesantes del siglo XVIII. Desgraciadamente se encuentra abandonado y poco a poco se va deteriorando. Esperemos que en el futuro esta situación se revierta y se pueda conservar adecuadamente este palacio que recuerda a los palacios de la zona de Baztán.

     

(Km. 0,430) Atravesamos el pueblo por la calle principal y pronto dejamos las últimas casas atrás. Dejamos a la izquierda el depósito de agua y llegamos a un cruce con tres opciones, Seguimos por el camino central. En el inicio del camino hay un panel indicativo de senderismo.

     

(Km. 0,520) A menos de 100 metros vemos una modesta caseta a la derecha con tejado a cuatro aguas. Este lugar es importante para la historia de Pamplona. La caseta oculta el manantial que abasteció por primera vez de agua corriente a Pamplona.

       

(Km. 1,290) Seguimos por la pista. Dejamos los campos de cultivo y nos internamos en el bosque mediterráneo que cubre la mayor parte de la sierra. Al llegar a una curva cerrada de 180 grados hacia la izquierda, salimos de la pista y seguimos recto por otra pista menos pisada. A tan sólo 40 metros de este desvío la nueva pista gira hacia la izquierda. Aquí hay que tener cuidado, En el interior de esta misma curva nace un estrecho sendero entre la vegetación. En su inicio está marcado con un amontonamiento de piedras. Tomamos este camino. A partir de aquí empieza realmente la ascensión a la sierra.

     

(Km. 2,00) El esfuerzo de la subida queda compensado cuando se aclara el bosque y se abre ante nosotros una enorme panorámica. Veremos la mayor parte de Cuenca de Pamplona, con los edificios de la capital extendiéndose por el llano. Y, si el día acompaña, alcanzaremos a ver desde la Mesa de los Tres Reyes, la cima más alta de Navarra, hasta el Moncayo, la cima más alta de Zaragoza y Soria. Es decir, ante nuestros ojos podremos ver toda la extensión, de norte a sur, de Navarra.

      

(Km. 2,15) En la subida, si vamos atentos, repararemos en una placa que sobre una piedra evoca una hermosa historia de amor. La placa dice así:

Eduardo Larrea Juaniz

    

Adorabas la escalada
y ahora empiezas a escalar
la mayor montaña,
la que nunca se acaba,
la que para cuando vaya yo
espero que estés en la cima y
con una sonrisa me des la mano
y me digas que me guardas
un sitio a tu lado.

Debajo de esta bella dedicatoria al amado fallecido alguien ha grabado en la roca este hermoso epílogo: “Que nunca falte una montaña en tus sueños”.

Estas sentidas palabras, el horizonte lejano, los Pirineos nevados, el viento que sopla y acaricia, crean uno de esos momentos especiales, únicos, donde uno se da cuenta que realmente no podría vivir sin las montañas, sin el aire libre y sin amplitudes donde dejar vagar la vista.         
       

(Km. 2,3) Poco más adelante nos volvemos a internar entre vegetación y en seguida llegamos a la cima de Bordatxar, que está ocupada por un repetidor. Al lado del vallado encontramos un buzón montañero que marca la cumbre.
         

(Km. 2,570) Desde el repetidor hay que seguir la pista asfaltada que va hacia la izquierda, hacia el sur. Pero antes nos desviamos  200 metros hacia el norte, siguiendo hacia la derecha la pista asfaltada para tener una completa vista de toda la cuenca de Pamplona. Desde aquí veremos los montes que cierran hacia el oeste la Cuenca. Si siguiéramos la pista podríamos llegar hasta lo más alto de la sierra del Perdón, pero eso lo dejaremos para otro día.

        

Desandamos estos 200 metros y seguimos la pista asfaltada hacia el sur.

(Km. 3160) Bifurcación de pistas junto a una borda de piedra. Seguimos por la derecha. Enfrente vemos el Aitzkibel, el alto que se levanta siguiendo recto. Todo el rato nos acompañan los gigantescos molinos de viento. Siempre que los veo me recuerdan al Quijote.
               

(Km. 3,700) Abandonamos la pista asfaltada y afrontamos la cuesta por pista de tierra que nos lleva a la cumbre de Aitzkibel. Allí encontramos otro buzón montañero que marca la cumbre.

Volvemos sobre nuestros pasos y descendemos el Aitzkibel hasta la pista de tierra que sale junto a uno de los molinos que está a la falda del cerro. A escasos metros del comienzo de esta pista de tierra, a la izquierda, sale otra pista en acentuado descenso. Seguimos por esta nueva pista. La pista está mucho menos marcada que la principal.

          

(Km. 4,5) La pista desemboca en otra pista ancha y bien marcada. Seguimos hacia la izquierda.
      

(Km. 5,1) Aquí hay que tener cuidado. Cuando la pista da un giro hacia la derecha, en el mismo centro de la curva, por su interior, sale otra pista menos marcada que desciende. Seguimos por aquí.
      

(Km. 5,4) La pista enlaza con la pista que tomamos al principio, a unos centenares de metros de la caseta que guarda el manantial de Subiza.
       

(Km. 6,3) Sólo queda volver al pueblo. Fin de la ruta.
         

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

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