El Mendizar se encuentra en la Selva de Irati. Alcanza los 1319 metros de altura. Debido a su altura, a su situación y a que su cumbre está despejada de hayas, es uno de los mejores miradores de la Selva de Irati. Curiosamente es poco visitado por los que se acercan al famoso hayedo aunque sólo hay que superar algo menos de 300 metros de desnivel para alcanzar su cima. El Mendizar es monte de primera categoría en Navarra, puntuable para el concurso de los 100 montes.
Al punto de inicio de la ruta se llega accediendo a la selva de Irati por la entrada de Orbaizeta. A poco más de tres kilómetros del puesto de información de Arrazola, está el collado de Orión o Ibiaga, punto de inicio de la ruta. Aquí, a la izquierda de la pista, hay un aparcamiento, con capacidad para una decena de coches. En el aparcamiento también hay una fuente donde podemos proveernos de agua para la caminata.
(Km. 0,00) Desde el aparcamiento sale una pista a la izquierda por la que empezamos la ruta.
Comenzamos a subir por esta pista de tierra. A la izquierda vemos un monte cubierto de hayas. Es la reserva natural de Mendilatz, que destaca por su naturaleza kárstica.
(Km. 0,690) Después de los primeros repechos el camino pasara junto a la borda de Eskanda. Toma su nombre del monte de perfil alomado por el que estamos subiendo. Es bastante habitual ver caballos pastando plácidamente por aquí.
Poco más delante de la borda, ya tenemos a la vista el Mendizar que se alza entre los hayedos de la selva de Irati. El Mendizar desde aquí adopta esa forma de pirámide que tanto atrae a los montañeros. Es como si desde ese punto cimero que corona la montaña pudiéramos tocar el cielo poniéndonos de puntillas.
La sorpresa de las panorámicas continúa, puesto que en la siguiente curva que hace la pista ya aparece, cortando el horizonte el gigante Ori, que asoma entre el Mendizar y el Mozolo. El Mozolo es el monte algo más bajo que está a la derecha del Mendizar. Es curioso lo diferentes que son estos montes tan cercanos entre sí. Están separados por sólo 1,5 kilómetros. Uno es pura selva, con árboles cubriendo hasta la misma cima. El otro, el Mendizar, desposeído de arbolado, lo que nos va a permitir disfrutar de amplias panorámicas.
(Km. 1,152) Aquí la pista acaba y hay que seguir por la izquierda. Como referencia hay unas ruinas de una antigua choza de campo. La pista acaba junto a los restos de un antiguo corral hecho con vallado de madera.
(Km. 1,235) Pasamos al lado de esas ruinas de una antigua casa de montaña, y estamos prácticamente en la falda de la Loma de Eskanda. Aquí nos desviamos a la derecha y tenemos que ir ascendiendo, con pendiente bastante pronunciada, buscando el paso al collado que separa Eskanda y Mendizar.
Es bastante frecuente ver caballos en las cercanías de estas casa en ruinas.
Afrontamos una cuesta bastante empinada y sin un camino claro. Nuestro esfuerzo será recompensado por la belleza de la postal que aquí hacen el Mendizar y el Ori.
(Km. 1,740) Llegamos al primer collado, donde hay un poste indicativo del GR-12 y del GR-T 8. Seguimos aquí hacia la derecha en dirección al Mendizar que cada vez tenemos más cerca.
(Km. 2,400) Llegamos al pie del cono que conforma la cima. Desde aquí tenemos que superar 100 m de desnivel con una inclinación del 25%. Lo más empinado de la ruta.
(Km. 2,800) Ganamos la cumbre de Mendizar. En la cima hay un vértice geodésico. Desde aquí vemos el inmenso hayedo-abetal que se extiende de a nuestros pies hasta la misma base de Ori. El Ori también es denominado “El Rey de Irati”. Sin duda desde el Mendizar tenemos una de las mejores y más completas vistas de la Selva de Irati. A la derecha el límite sur del bosque es lo marca la Sierra de Abodi, y al izquierda en la parte norte, el límite lo señalan montes ya franceses, como el Okabe.
Desde la cima se aprecia perfectamente la grandeza de la selva y la belleza del pico Ori, que desde aquí luce espectacular con su más de 2000 m de altura. La perspectiva lo hace destacar sobre los picos más lejanos que cierran el horizonte y que en realidad tienen incluso más altura llegando a los 2600 m del Bisaurín, ya en Aragón.
La cima es doble, con dos altos separados por un metro de altura. El vértice geodésico está en la más alta.
Desde la cima de Mendizar se puede apreciar todo el hayedo de la Selva de Irati donde destacan los puntos verde oscuro de los abetos que conservan su color todo el año, adquiriendo protagonismo sobre todo en invierno, donde el verde brillante de las hayas es sustituido por el color leñoso de las ramas carentes de hojas. En primavera el marrón se convierte en verde brillante de las hojas recién nacidas. Y en otoño la selva Irati estalla en una explosión de colores rojizos. Cualquier época es buena para subir a disfrutar la belleza de las panorámicas sobre la selva Irati que se tienen desde el Mendizar. La vista se extiende en todas direcciones en un círculo de 360°. Hacia el oeste estan el monte Ortzanzurieta, el Urkulu, etc. Hacia el este se levantan el Ezkaurre, el castillo de Acher, el Acherito, el Bisaurin, etc. Buena parte del Pirineo navarro y aragonés.
Hacia el sur se llega a ver La Higa de Monreal. Hacia el oeste la sierra de San Donato. Hacia el norte vemos el Errozate y otros picos franceses que cierran el Pirineo por este lado. Hacia el este vemos toda la selva a nuestros pies. El Mozolo, que es el pico más cercano a Mendizar, totalmente cubierto de hayas hasta la cumbre, tapa la vista del embalse de Irabia, lo que da al paisaje todavía un aspecto más primigenio, más salvaje, al eliminar de la visión el pantano artificial. Estamos ante una panorámica de la selva Irati como debió ser desde hace miles de años.
En un día bueno, sin viento, de buenas panorámicas, parece que uno quiera quedarse anclado en esta cima para observar este inmenso jardín que, a modo de paraíso primigenio, la naturaleza ha creado en este rincón del Pirineo. Uno parece sentir la selva de Irati más cerca. Desde la cima de Mendizar uno no se siente pequeño entre el bosque de hayas, perdido entre la abundante maleza y árboles que superan la veintena de metros de altura. En un extremo de la selva esta el rey, el Ori. En el otro nosotros nos sentiremos también como señores del bosque, como el Basajaun de la mitología vasca. Estaremos, como el Ori, sobre ese gran bosque que se extiende a nuestros pies, y que podemos abarcar con nuestra vista en su totalidad.
Desde la cumbre del Mendizar al Ori hay 14 kilómetros en línea recta. Son kilómetros llenos de vida vegetal, el mayor hayedo- abetal de Europa.
(Km. 5,650) Descendemos por el mismo camino. Ya en el aparcamiento podemos acercarnos al dolmen de Ibiaga. Se encuentra cruzando la carretera, a tan sólo 60 metros al sur de la misma. Aunque no conserva la cubierta, todavía podemos ver varias piedras de la cámara. Depende de la época del año puede estar en gran parte cubierto por la vegetación.
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